lunes, 24 de octubre de 2022

Recapitulación: Sentada sobre el tigre

"Todo lo que necesitamos es un Maestro que nos convenza de que existe un poder incalculable al alcance de la mano. Y lo que cada uno de nosotros haga con esa percepción acrecentada, con ese conocimiento silencioso, dependerá de nuestro propio temperamento (...)  
Y fui tan difícil de convencer como tú..."  

"El conocimiento silencioso"  de Carlos Castaneda






"A mayor temperatura...mayor será el temple del acero."

Día 3

D esa pared siendo

Zazen...
Al toque de la primer madera ya me encuentro en el zafu.
Respiro, sigue la atención al oleaje mental, la mente se ajusta al ritmo de la respiración,
siento el esfuerzo por sostener la postura...atención.
Un intervalo de silencio sin oleaje...

Escucho la voz Maestra indicando que pida kyosaku.
Respondo con un inmediato gassho.
"Despierto" desde ese intervalo de silencio y la mente interroga: pero, dónde estaba? quién?

Un espacio, un instante, una fracción de segundo...


Día 4


Llegué al dojo con un tigre dentro,un volcán en erupción ocupando todo el cuerpo,
por las venas, corriendo lava de adrenalina.
El día anterior había cruzado el pensamiento de cambiar de zafu, una forma de movilizar estructuras mentales, cambiando de sitio.
Reflexiono sentada junto a Jisen san, percibirá ese remolino de ira que traigo al zafu?
justo a su lado, sentada sobre el tigre…

Las emociones fueron cediendo centrada en la respiración y el transcurso del tiempo, decantando como sedimento de un río turbulento entrando a la calma. Ese estado "irascible" perdía peso. Sin él, tendría conciencia del estado de calma?
una aparente superficie de inestabilidad en un fondo de "perfecta" armonía...
Y estaba sentada ahí... la ira ya no estaba.



Día 5

Esa mañana recreamos el pedido de kyosaku durante el zazen.

El kyosaku, un bastón plano de madera con el que el jikido, representante del bodhisatva Manyusri, despierta a los meditadores cuando se duermen o sus mentes están agitadas.

Ensayamos sin saber que esa misma noche, en la práctica del zazen, Senryu san sería el encargado de representar al bodhisatva.

Escuchaba su deslizarse al caminar acercándose. Con las manos en gassho y a la espera,
mi cuerpo era todo emoción.

Senryu san colocó el kyosaku con suavidad sobre mi hombro derecho dando la indicación señalada para inclinar mi cabeza a la izquierda, facilitando el golpe en el hombro derecho.

De inmediato, al impacto del kyosaku, un fogonazo de luz me cegó por completo,
junto a un oleaje, como volcán ardiendo que ascendió por todo el recorrido de mi columna vertebral.
Cruzó en mi mente la idea: "El kyosaku es fuego"

miércoles, 19 de octubre de 2022

Recapitulación: La testigo, zazen de una principiante

"Un brujo sabe que si no vamos por nuestros fantasmas, ellos vienen por nosotros. Por eso, no deja pendientes. Recuenta su pasado, busca la coyuntura mágica - el momento exacto donde se involucró con los destinos de la gente - aplica toda su concentración a ese punto y desanuda los lazos del intento" 
de "El Don del Aguila" de Carlos Castaneda


"Las piedras afiladas se convierten en joyas preciadas..."
Charlotte Joko Beck


Día 1

Empieza el zazen, un encuentro con la sangha, un encuentro con el zafu, un encuentro conmigo misma.
El aroma del incienso, el barullo del tráfico en la calle, el sonido de las tres campanadas: profundo, intenso... Atiendo la respiración, la postura, las emociones. Hoy mi mente está agitada.

Siento la sombra del jikido -Ryushin esta vez- empuñando el kyosaku, deslizarse a mi espalda. Daian, en gassho, lo pide; luego Senryu; luego Shujun. También lo pide mi mente, pero dudo en sentarme sobre el dolor. Tras el golpe a Shujun desbordan mis lágrimas… Lo siento en mí. ¿Despiertan ellos?
La agitación, en los últimos segundos, se hace nube, se hace río...

Dos campanadas: llamada al kinhin. Cada paso, silencioso, lento, al compás de la respiración. Cuando olvido caminar en línea recta, Daian me indica la dirección a seguir. Observo los pasos de Senryu, los míos, lo que nos rodea en la habitación. En la segunda vuelta sincronizo al ritmo de Jisen sensei. Me asombra la sutileza de su huella deslizarse como seda, sin arrastrar los pies, como vuelo sobre el suelo.

Regreso al zafu, a la recitación del Fukanzazengi. Durante esta lectura escucho a la mente: "Cuánto que falta…". Sigo la entonación de Jisen, resalta la voz mántrica del jikido. La sensei marca en reto la tos de Masao.

Escucho lo que leo, escucho mi voz, el todo de la sangha… Nos detiene un silencio.


Día 2


Al toque de la tercera madera, me encuentro en el zafu alineando postura, buscando liberar puntos de tensión. Descanso a la espera de las campanadas. Gassho al saludo de Jisen sensei. El sonido agudiza la atención y, a la tercera campanada, sobre el zafu ya no hay nadie.

La testigo observa la corriente del pensar: idas y vueltas de ideas, preocupaciones y proyectos… hasta el comienzo de la somnolencia. La exhalación sirve de sostén, la inspiración vence el esfuerzo. Espirar me despierta...
La sombra del jikido alerta la conciencia. En gassho recibo el kyosaku que me acerca a Manjusri en la mano compasiva de Joan. Al rato, un nuevo combate entrecruza vigilia y somnolencia. Dos campanadas y despierto al sutra del manto.

Incorporación al kinhin. De pie, espero el sonido de la campanilla regulando la respiración, llevando la atención hacia las plantas de los pies. Siento cómo la tierra devuelve mi peso. A la señal damos el primer paso con la exhalación, sincronizados y conservando el espacio. Avanzamos suave, lentamente, hasta que la campanilla nos regresa al zafu.

En un segundo tiempo sin tiempo, un nuevo combate a la somnolencia… Vuelta al auxilio de la respiración.

¿Será que los pensamientos me duermen? ¿Y quién pregunta?



Día 3

Inicio con la llamada de las maderas. A la primera ya estoy sentada en el zafu, marcando la postura, descansando en ella. Respiro el mar, el aroma del incienso, y espero el sonido de las campanas. La última prolonga y guía hacia el silencio.

Busco en el cuerpo zonas rígidas. Siento las piernas en loto, la base de la columna alineada con el cuello, la cabeza que sostiene el cielo, brazos y hombros relajados… Una búsqueda más profunda. Pero la mente toma rienda, con sus idas y vueltas… Olas y más olas… Una marea intensa de pensamientos.

Luego poesía… Luego síntesis… Vuelo hacia el faro y escribo. Mi corazón impregna cada piedra de Miraflores de fragancia y el aire marino impregna mi corazón… Y olas y más olas frente a la rosa náutica… Observo cómo el surfista parece disfrutar hasta de la caída y el revolcar del mar.



Siento más el zazen… ¿Dónde la tensión?

En el kinhin observo la posición de las manos en shasshu… Cada paso, cada respiración, el avance del grupo… Isshin sale del zendo. Dudo si mantener el espacio que deja o cerrar el círculo.

Los pies reclaman, pero la mente regresa a lo cotidiano y al recorrido del día. Entra la reflexión sobre los vaivenes emocionales… Burbujas… Espuma…

Daian nos ha asistido como jikido y guiado con el gong las postraciones, la recitación del Hannya shingyo… Se me cruza el pensamiento que tengo que cambiar de zafu, que no siempre debo sentarme en el mismo sitio. Mente shoshin, mente de principiante…

Durante el té, Jisen sensei señala: “En zazen hagan zazen… Sean la práctica… El silencio… Uno… La sangha…”. Zazen no es solo sentarse en loto; es también la ceremonia del kyosaku, cuando el jikido, de la mano compasiva de Manjusri, ayuda a los demás en su zazen. Zazen no es "mi zazen", no es "mi kinhin"; es la oportunidad de ser uno con la sangha.

“Lo cotidiano queda afuera…" ¿Queda afuera?

La bruma cubre los cerros, la temperatura del mediodía se hace sentir, pero refresca la brisa del mar. Un equilibrio… El surfista sigue en el agua y casi no hay oleaje. Me siento tan bien sola… Conmigo misma…


Zuien



martes, 18 de octubre de 2022

za zen



Za zen (za: sentarse zen: meditación) es sentarse a "meditar" en la Posición de Loto del Yoga, según el Budismo Zen, como lo habría hecho el Buda histórico en el momento de su iluminación.

La palabra Zen proviene del sánscrito "dhyana" (atención plena al momento presente), que pasó de India a China, convirtiéndose en "Chan", y luego en Corea se transliteró fonéticamente en "Son", llegando finalmente a Japón, donde su transliteración es la actual palabra Zen.

Para las piernas existen 4 posturas mas aceptadas:
La postura de Loto completa (la más compleja de realizar) requiere acostumbramiento o gran elasticidad del cuerpo, siguen la postura de Loto medio, también requiere acostumbramiento, luego la birmana y por último la Seiza. Se recomienda el uso de zafu para ayudar la postura de pies y cuerpo.

La postura de Loto es con las piernas cruzadas con ambas plantas de los pies mirando hacia arriba y apoyadas sobre su pierna contraria y con las rodillas apoyándose en el suelo.
La postura de medio Loto similar a la anterior pero con una pierna en el piso.
La birmana con ambos pies en el piso, en paralelo y plegados lo mas posible al cuerpo.
La Seiza que puede practicarse sentado de rodillas sobre los talones.

La espalda derecha, desde la pelvis hasta la nuca
La pelvis ligeramente basculada hacia adelante y las lumbares ligeramente arqueadas
La nuca estirada y el mentón bien metido hacia adentro.
Los hombros relajados y las manos juntas en el regazo, en el mudra de la sabiduría: los dedos de la mano juntos, una mano sobre otra, y con los pulgares tocándose las puntas. En las escuelas de Zen se pone la mano izquierda sobre la mano derecha.
La mirada apuntando a 45º delante de uno, ojos semi cerrados, pero la vista relajada, sin enfocar en lo que tengamos delante.
La boca cerrada, los dientes en contacto y la lengua tocando suavemente el paladar detrás de los dientes.
La nariz alineada con el ombligo y las orejas con los hombros.
Se recomienda balancear levemente el cuerpo de derecha a izquierda hasta encontrar el punto medio, luego hacia adelante y hacia atrás para centrarse.

Practicar el za zen es Shikantaza que significa estar simplemente sentado. No se medita con ningún objeto, pensamiento o imagen.

Se concentra la atención y la actividad principalmente en la espiración, de manera que tiende a establecerse un ritmo lento de respiración abdominal en que la espiración es notoriamente más prolongada que la inspiración.

Simplemente estar sentado; no reflexionar; sencillamente respirar y no seguir activamente los pensamientos. No forzar los pensamientos, permitir que fluyan, no detenerse en ellos, dejar que aparezcan y se vayan. Los pensamientos van y vienen, depurando el contenido superfluo del inconsciente, hasta que la mente, entra en un estado de atención más sutil.

Influencia psicosomática del za zen:
La postura corporal mejora. Se afianza la motricidad desde el centro de gravedad del cuerpo, a la altura de la pelvis.
Desaparecen tensiones innecesarias, especialmente las derivadas de expresión o auto control en la cintura escapular (hombros y omóplatos) y cuello.
Mejora el riego cerebral y la compenetración entre las tres capas del cerebro (instintivo, emocional, y córtex) y la conexión entre hemisferios.
Se establece una respiración más lenta y profunda, integrando el abdomen en el movimiento del diafragma, consiguiendo una mayor y más equilibrada oxigenación de todo el metabolismo.
Se crea una coordinación entre la expresión corporal y el pensamiento.
Los pensamientos desordenados del subconsciente tienden a depurarse, como en una digestión mental.
Se producen niveles de descanso metabólico y mental más profundos que durante el sueño corriente.
Se flexibilizan partes del cuerpo como las caderas, ingles, lumbares, tobillos, rodillas (aunque se recomienda ser cauteloso con las rodillas al colocarse), y se permite la participación psicosómatica de más partes del cuerpo en la configuración de sensaciones (integración emocional del cuerpo).

Mentalmente se tiende a dejar las actitudes de ansiedad. Se deja de ver las opiniones y descripciones como tajantes en presencia de un opuesto. Se produce una reintegración de la intuición y la herencia subconsciente, al tiempo que renovada apertura para hábitos o visiones nuevas.

El zazen se considera una puerta a lo más profundo del ser y la llave a nuevas etapas de desarrollo de la conciencia. Al mismo tiempo se describe a veces como el método de devolver al cuerpo y la mente su condición natural.



"Los hombres vamos y venimos. A veces estamos, y al momento siguiente desaparecemos. Somos como burbujas en la cresta de la ola. Pero zazen es eterno, sin principio ni fin. Y como es sin principio ni fin, dura un instante. Lo instantáneo es la forma más acabada de la eternidad. Es semejante al relámpago. En nuestro mundo de sueños, a veces aparece y desaparece. A veces lo vemos y a veces no lo vemos. Su vida es tan breve que no nos da ni siquiera el tiempo para nombrarlo. Sin embargo, él está ahí. Es eterno. Como tú."

Jorge Bustamante


viernes, 7 de octubre de 2022

Wabi Sabi, Naturaleza y Arte de lo simple e impermanente

Las palabras wabi y sabi no se traducen fácilmente. Wabi inicialmente refería la soledad de vivir en la naturaleza, lejos de la sociedad, mientras que sabi significaba "frío", "flaco"o "marchitado".
Hacia el siglo XIV estos términos comenzaron a cambiar, adquiriendo connotaciones más positivas.
Wabi ahora connota simpleza rústica, frescura, quietud, siendo aplicable tanto a objetos de la naturaleza como hechos por el hombre o elegancia subestimada. También referido a peculiaridades o anomalías que surgen durante el proceso de construcción y dotan de elegancia y unicidad al objeto. Sabi es la belleza o serenidad que aparece con la edad cuando al vida del objeto y su impermanencia se evidencian en su pátina y desgaste o en cualquier arreglo visible.



Definir wabi sabi es complicado. Originario de Japón, el concepto wabi sabi está vinculado a la filosofía Zen, y como manifestación artística se sostiene en los preceptos de simplicidad, humildad, moderación, naturalidad, alegría, melancolía y el elemento de la impermanencia. Es un término estético japonés que describe a objetos o ambientes caracterizados por su simpleza rústica.

En la búsqueda de la Naturaleza y el Arte, wabi sabi es una de las manifestaciones más puras como concepto. Para entender su origen y filosofía es necesario sumergirse en el pensamiento oriental del cual procede y en el sincretismo que se dio en el Japón de los siglos VI y VII.
Es el wabi sabi arte y además un estilo de vida. Es de compleja simpleza y trasciende su fundamento más allá de lo estético. Wabi Sabi no tiene autor, es vida y muerte, nostalgia y alegría.




La definición de wabi sabi es equivalente a definir el Zen. Conceptos que no podrían explicarse o definirse, dado que en esencia son inexplicables e indefinidos. El arte Zen es basamento de suma importancia para la filosofía y el pensamiento japonés. Es fundamento moral y estético que a lo largo de siglos se ha ido arraigando en la sensibilidad japonesa. El pensamiento Zen se fusiona, a mediados del siglo IV, con los principios del budismo convirtiéndose junto con el Sintoísmo en las principales filosofías de vida de Japón. Por su parte, la práctica budista considera el abandono de las ideas aprendidas del mundo para verlo tal como es, con una mente libre de apegos o enjuiciamiento. El Budismo Zen plantea que los humanos somos esclavos de la palabras y los razonamientos a que estas dan lugar, estamos sujetos a ellas, sin considerar su limitación y el obstáculo que representan para la comprensión. Es de esta forma, que el conjunto de estas filosofías de vida dan lugar al pensamiento japonés. En este sentido podemos decir que parte del Zen es aquello que nos permite redescubrir la belleza intima que se encuentra en los detalles más pequeños del arte presente en la naturaleza, traduciéndose en una expresión de la belleza que yace en la brevedad de la transición entre el nacimieto y el término de la vida. Constituye tanto la alegría como la melancolía que conlleva la vida humana.

Cualidades como la impermanencia, la humildad, la asimetría y la imperfección, la importancia del espacio o de la nada, "Ku" ...El espacio en blanco de una pintura es tan expresivo como el papel que juega en la música el silencio entre notas, usando la brevedad para exaltar la intensidad de la expresión.  Por lo tanto, la conjunción o existencia de una de estas cualidades pueden lograr que un objeto exprese algo y nos produzca una sensación de "saudade" y un anhelo espiritual. Si es así puede decirse que se trata de wabi sabi...




"...lo natural, lo impermanente, lo humilde, sencillos y rústicos objetos que descubren la belleza innata de los exquisitos y caprichosos dibujos que el paso del tiempo deja en ellos. Los sutiles matices de un objeto, la curvatura de un pétalo abriéndose, la grieta de un jarón de bambú o el nudo de una vieja y deteriorada viga de madera, acabaron simbolizando el "mujo", el principio budista de la impermanencia y del contínuo cambio" Andrew Juniper "Wabi sabi - El arte de la impermanencia Japonés"




 La relación de la Naturaleza y wabi sabi parte de la observación de la propia Naturaleza. Es através de la observación que se encuentra la verdad. Leonard Koren sostiene que: en el contexto wabi sabi "naturaleza" se refiere a la dimensión de la realidad física no tocada por los humanos: cosas en estado original, puro. En este sentido, naturaleza quiere decir cosas de la tierra como plantas, animales, montañas, ríos y sus manifestaciones de fuerza. Pero en el contexto wabi sabi la naturaleza también abarca la mente humana y sus reacciones y pensamientos artificiales o "no naturales". En este sentido "naturaleza" implica todo  "lo que existe" incluyendo los principios básicos de la existencia. Después de milenios de contacto con la naturaleza, los sabios orientales basados en los pensamientos Taoistas, Zen y Budistas, incorporaron 3 consideraciones básicas a la filosofía wabi sabi:

Todas las cosas cambian. La tendencia hacia la nada es implacable y universal. Incluso cosas que tienen todas las características de la sustancia (duras,inertes, sólidas) no ofrecen más que una "ilusión" de permanencia. Todo se gasta. Los planetas y estrellas e incluso las cosas intangibles como la reputación, la herencia familiar, la memoria histórica, los teoremas científicos, las pruebas matemáticas, las bellas artes y la literatura (incluso en su forma digital) a la larga, todos se desvanecen en el olvido y la no existencia.

Todas las cosas son imperfectas. Nada de lo que existe está libre de imperfecciones. Cada artesano conoce los límites de la perfección: las imperfecciones saltan a la vista. Y cuando las cosas empiezan a estropearse y se acercan a su estado primordial, se vuelven incluso menos perfectas, más irregulares.

Todas las cosas son incompletas. Todas las cosas,incluso el universo mismo, están en un estado constante perpetuo de transformación o disolución. La noción de conclusión no tiene cabida en wabi sabi.

El wabi sabi plantea un acercamiento forzoso a nuestro origen natural y a ese contacto íntimo con la naturaleza. Wabi sabi no es solo manifestación de la naturaleza ni la intervención del hombre en esta, es ambas cosas.