jueves, 29 de noviembre de 2012

Respiración diafragmática

"Cómo aprender, en la práctica, esta respiración? Primero es necesario ejercitarse en disociar las diversas fases antes de intentar su síntesis: ésta consiste en el encadenamiento flexible y contínuo de las tres fases:
 a) la respiración abdominal, provocada por el aplanamiento y descenso del diafragma,
 b) la respiración costal, realizada por la separación de las costillas y
 c) la respiración clavicular, o respiración alta, producida por elevación de la parte alta del tórax.

Estas se suceden sin solución de continuidad en un solo movimiento amplio y armonioso. Es preferible iniciar la práctica de esta respiración acostado de espaldas, posición que facilita la mejor relajación de la musculatura abdominal que contribuye a mantenernos erguidos al estar sentados o caminando. Para mayor comodidad es útil un cojín bajo las rodillas a fin de disminuir el arqueo lumbar y realizarlo sobre una superficie firme.

 Antes del ejercicio, espire a fondo varias veces, sea emitiendo algunos suspiros, despues de los cuales debe entrar un poco el vientre contrayendo los abdominales para expulsar los últimos restos de aire, sea emitiendo el sonido OM que obliga a exhalar lentamente a fondo y como el sonido debe ser uniforme, le permite dosificar el débito de aire a voluntad. Mientras pronuncia el OM largo y grave haciendo vibrar el MMM...en la caja craneana, concentre su atención en la cintura abdominal tomando conciencia de los movimientos de los diversos músculos que la componen.

Después de algunas exhalaciones largas, lentas y profundas, automáticamente se manifiesta una tendencia a inspirar más profundamente y con el abdomen, acentuándola y llevándola al máximo.

El diafragma dispone de músculos que se cuentan entre los más poderosos del cuerpo humano y muy a menudo ignorados. Luego de haber vaciado a fondo los pulmones de todo el aire residual y los músculos del diafragma en reposo y retenido el aliento unos segundos, percibirá que la respiración quiere ponerse en marcha por sí misma: relaje el vientre y déjese partir en ese momento. Mientras entra el aire y se dilata el vientre elevándose a consecuencia del aplastamiento de la cima del diafragma y no por contracción de los músculos de la cintura abdominal, que debe permanecer relajada durante toda la inspiración. 

La inspiración debe ser lenta, cómoda y silenciosa realizada al igual que la exhalación por nariz. El abdomen se eleva suavemente como un balón y la cintura permanece floja; si desea controlar el movimiento, puede colocar su mano sobre el vientre aproximadamente debajo del ombligo, dejando el codo apoyado en el suelo. Así podrá seguir fácilmente el movimiento de dilatación del abdomen. Durante este tiempo la espalda debe permanecer relajada y las costillas en absoluto reposo. Para asegurarse, puede aplicar la otra mano al costado y darse cuenta que las costillas permanecen inmóviles, que la respiración abdominal está disociada de la respiración torácica. Mientras inspira debe vivir concientemente lo que sucede en las profundidades tibias de su tórax, tomando conciencia del diafragma y sus movimientos. "

 extracto de Andre van Lysebeth

Respirando con el segundo corazón



La respiración diafragmática, además de relajar, constituye uno de los motores más activos de la circulación. El diafragma es un segundo corazón, ya que sus movimientos a modo de pistón, llenan la base de los pulmones, que aspiran sangre venosa en gran abundancia. Al acelerarse la circulación venosa, el corazón propiamente dicho está bien alimentado generando una mejoría notable en todo el sistema circulatorio general. Los movimientos de vaivén del pistón diafragmático producen además un masaje muy eficaz, a la vez suave y poderoso de los órganos abdominales. El hígado se descongestiona y la vesícula evacua la bilis en el momento oportuno. La circulación acelerada en el hígado y la estimulación de la vesícula previenen la formación de cálculos. El bazo, el estómago, el páncreas y todo el tubo digestivo son masajeados y tonificados. Con el ejercicio, esta respiración abdominal llega a ser cada vez más amplia, cómoda, relajada y rítmica. La acción descongestionante de esta respiración sobre el plexo solar, ese cerebro abdominal vegetativo, cuya importancia escapa a la mayoría de nuestros contemporáneos, que ignoran su existencia. Es el plexo de la ansiedad lo que explica el efecto calmante y tranquilizador de la respiración abdominal.