Esta es un asana de relajación que podemos utilizar para eliminar las tensiones que se van acumulando durante el día.
Sentados sobre los talones inhalamos elevando los brazos como si quisiéramos tocar el cielo con las manos.
Al exhalar dejamos caer los brazos a los costados del cuerpo sin tensión y nos inclinamos hasta apoyar la frente en el piso.
Relajamos bien el cuerpo y centramos nuestra atención en el suave masaje que produce nuestra respiración sobre la zona abdominal. La respiración es suave y cómoda por nariz oxigenando las células de nuestro cuerpo. Imaginamos que con nuestra respiración vamos eliminando tensiones, contracturas, pensamientos negativos. Recordando que "un pensamiento es sólo un impulso de energía al que le agregamos nuestras creencias -fruto de nuestro condicionamiento anterior- a las cuales tratamos de aferrarnos. Cuando miramos nuestros pensamientos con una conciencia impersonal, estos desaparecen." Joko Beck
Para volver nuevamente a la conciencia del cuerpo, inhalar elevando el tronco, realizar suaves movimientos con las manos, brazos, cabeza y extender las piernas hacia adelante para activar la circulación.
Beneficios: aumenta la irrigación cerebral, favorece el buen funcionamiento de los órganos abdominales, estira la columna descomprimiendo los discos intervertebrales, descomprime el nervio ciático, relaja en forma profunda los músculos de la espalda. Disminuye el dolor de espalda y cuello cuando se hace con la cabeza y el torso apoyados. Estira suavemente las caderas, los muslos y los tobillos.
Relaja el cerebro y ayuda a disminuir el estrés y cansancio.
Por lo general, no respiramos de manera consciente y completa hasta la parte posterior del torso.
Balasana brinda una excelente oportunidad para hacerlo.
Imagina que cada inhalación está “encorvando como bóveda” la parte de atrás de tu tronco hacia el techo
alargando y ensanchando la columna vertebral.
Después, con cada exhalación relaja el torso un poco más en la inclinación.
Precauciones
Diarrea.
Embarazo.
Lesión de rodilla.
Postura de la hoja plegada
Es buena para normalizar la circulación después de posturas de yoga de mayor intensidad como la vela, el arado, el saltamontes, el arco... Relaja la columna vertebral. Se aconseja incorporarla después de una intensa o prolongada flexión hacia atrás.
Siéntate sobre los talones, con las rodillas juntas (puede realizarse con rodillas separadas y dedos de los pies juntos formando un triángulo), el tronco erguido y las palmas de las manos sobre los muslos. Inhalando, eleva los brazos estirados, hasta que estén verticales por encima de la cabeza. Exhalando, lleva el tronco lentamente hacia los muslos, manteniendo los brazos en línea recta con él, hasta que la frente y las manos lleguen al suelo. El abdomen y el pecho quedarán en contacto con los muslos.
Si lo prefieres, puedes llevar los brazos hacia atrás, dejándolos descansar en el suelo al lado de las piernas, las palmas de las manos quedarán hacia arriba y los hombros muy sueltos, vencidos hacia el suelo.
variante con los brazos en extensión
Las personas que sufren de problemas de rodillas, tobillos y caderas pueden tener inconvenientes al realizarla.
En la postura final, respira lenta y profundamente, en especial permite la atenta percepción del recorrido respiratorio en una plena respiración completa, relajando conscientemente toda la espalda, los veteranos pueden recorrer mentalmente la columna vertebral durante algunas respiraciones o concentrarse en manipura chakra.
Es muy fácil y tiene muchos beneficios. Cuando siento cólicos hago esta asana, es buenisima!
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